jueves, 25 de octubre de 2012

 
 
Gardel tenía pasión por el mundo del turf y era asiduo concurrente al Hipódromo de Palermo. Cuenta Antonio Sumaje, el chofer de Gardel: “Cuando el cantor llegaba al hipódromo, no tardaban en acercársele los jockeys, los cuidadores y los dueños de los studs, todos aconsejándole a Gardel que apostara por tal o cual caballo. Carlos, fiel a su estilo, mezcla de amistad e ingenuidad, reaccionaba intentando contentar a todos. Y ya estaba perdido. Porque teniendo tantas y tantas fijas, ¿cómo iba a ganar? ¡Imposible!
Foto: Gardel en el Hipódromo de Palermo junto a Leguisamo.
 

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